Lecciones aprendidas by Marie Ferrarella

Lecciones aprendidas by Marie Ferrarella

autor:Marie Ferrarella
La lengua: spa
Format: epub
editor: Harlequin, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
publicado: 2015-07-21T00:00:00+00:00


Capítulo 8

Media hora después, cuando Smith terminó de leer el cuento y contempló el plácido rostro del niño dormido, se dijo que aquél podría haber sido su mundo si las cosas le hubieran salido mejor. Hasta podría haber sido padre, haber tenido un hijo.

No podía evitar sentirse amargado por la crueldad del destino. Primero lo habían acusado injustamente; después le habían retirado la beca, y finalmente sus notas se habían derrumbado porque no pudo superar la depresión. Pero eso fue poco comparado con el infarto de su padre, poco después. Además del susto, se encontró en una situación tan mala que tuvo que ponerse a trabajar y no pudo retomar los estudios.

Así había sido su vida.

Pero podría haber sido de otro modo.

Suspiró y cerró el libro, que dejó sobre la mesita de noche. Cuando se volvió para macharse, vio que Jane lo observaba desde la puerta.

Estaba tan bella como en los viejos tiempos. O más aún.

Jane avanzó hacia la cama, se aseguró primero de que el niño estaba bien tapado y susurró:

—Nunca habría imaginado que eras capaz de leer cuentos a los niños.

—Yo tampoco.

Ciertamente, su vida podría haber sido distinta en otras circunstancias. Pero pensar en ello no tenía ningún sentido.

En cuanto a Jane, su curiosidad iba en aumento. Quería saber si estaba soltero, casado o divorciado. Si en alguna parte tenía un hijo que hubiera heredado su cara. O una niña que tuviera su pelo.

Cuando salieron al pasillo, preguntó:

—¿Tienes hijos?

Él negó con la cabeza.

—No, no tengo. Y por si te lo estás preguntando, tampoco me casé.

Jane cerró la puerta del dormitorio del niño, pero dejó la luz encendida. Danny tenía miedo de la oscuridad, algo normal a esa edad.

—Me alegro.

—¿Qué quieres decir? —preguntó, mientras la seguía a la cocina.

—Que me alegra que no te casaras. El matrimonio es un verdadero horror —comentó ella—. Hazme caso y sigue soltero.

—No sé. Mis padres tuvieron una relación excelente. Tras toda una vida juntos, todavía se toman de la mano…

Jane rió con amargura.

—En los últimos tiempos de mi matrimonio, yo hacía lo mismo con Drew. Pero sólo para evitar que me pegara.

En el mismo momento de pronunciar la frase, Jane se arrepintió. Ni siquiera sabía por qué le había dicho algo así.

—¿Te pegaba? —preguntó él, asombrado.

Ella negó con la cabeza.

—No. Olvida lo que he dicho —dijo, mirando a su alrededor con nerviosismo—. Te he invitado a tomar café y tarta y…

Jane intentó abrir uno de los armaritos de la cocina, pero él la detuvo.

—¿Te pegaba? —insistió.

Jane pensó que la culpa era suya por haber sacado el tema de conversación. Ahora ya no había vuelta atrás.

—Drew perdía a veces el control. Y cuando lo perdía, dejaba que sus manos hablaran por su boca —explicó.

Smith sintió una súbita furia. Sus padres eran tan felices en líneas generales que le resultaba difícil de creer que hubiera casos como el de Jane. Debía de haber sido terrible para ella.

—¿Intentaste que fuera a ver a un psicólogo?

Ella empezó a preparar café.

—Una vez. ¿Y sabes lo que pasó? Que se enrolló con la psicóloga.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.